Una primera escucha te deja, literalmente, clavado en la silla. Tal es la fuerza, la capacidad dinámica y el poder expresivo que destila en cada una de sus notas. Pero bajo esta pátina de genuina brillantez se esconde, algo más. Se oculta una exquisita percepción de la musicalidad en la que su perfecta articulación es herramienta perfecta para trasladarla. ... La interpretación de la Patética da buena cuenta de ello. Su aparente economía de medios se encamina a unas evocaciones ya netamente románticas, aunque sea de forma germinal. Todo resulta natural, fluido, carente de manierismo. Es la portentosa inteligencia del solista puesta al servicio de la música. Sin pretensiones. No lo necesita.

. . . una ejecución máximamente interesante.

En el Concert sans orchestre, Pollini rebosa madurez interpretativa y da una soberbia lección pianística, mostrando de nuevo un Schumann extremadamente intenso y juvenil. Ahora bien, dentro de esta "locura" todo está perfectamente pensado y encajado en su sitio, gracias a la increíble técnica que Pollini mantiene intacta . . . Las Gesänge der Frühe cierran un disco que es ejemplo de creación valiente y admirable, y que contiene momentos musicales del más alto calibre. La escucha es, por tanto, recomendada.