. . . a great conductor and orchestra take central roles . . . Karajan's performance is fitful in its dramatic conviction.

. . . Karajan is one of the greatest conductors -- it's an extraordinary recording.

. . . welch ein magisches Fließen, welch eine Fülle des Wagner-Wohllauts. Der Alte zaubert. Dieser Parsifal bedeutet orchestrale Erfüllung. Und Karajan verstand es, seine Sänger auf Händen zu tragen. Allen voran ist Kurt Moll als schlichtweg idealer Gurnemanz zu nennen . . . Hier ist nun seine gottväterliche Basswürde, sein einzigartiges Timbre und die in allen Lagen resonanzreiche Stimme in seinen besten Jahren zu bestaunen. Kurt Moll ist und bleibt unerreicht. Peter Hofmann vermittelt vokal eindringlich die Wandlung vom tumben Toren zum Erkenntnis erlangenden neuen Gralskönig. Dunja Vejzovic stattet die Kundry mit aufregender dämonischer Schärfe aus. So soll Wagner klingen.

La soberbia Filarmónica de Berlín y la ensimismada dirección de Herbert von Karajan se complementan para establecer una cuidadísima versión de una opulencia y belleza orquestal absoluta únicas. No cabe mayor refinamiento sonoro ni más riqueza tímbrica en un registro celectial que también ha sido tildado de almibarado y melifluo por algunos ilustres defensores de las esencias del Grial. Las virtudes apuntadas quedan resaltadas por la extraordinaria toma de sonido digital, que resalta y mima el que, sin duda, es el último supremo trabajo discográfico de Karajan. El coro de la Deutsche Oper de Berlín y un notable conjunto de cantantes -- en el que destacan los excelentes José van Dam (Amfortas) y Kurt Moll (Gurnemanz) -- completan esta grabación que a nadie dejará frío y cuya belleza a casi todos embelesará.